Es un cuento muy bonito sobre un domador de manchas de pintura gigantes (y un poco locas) que casualmente se llama Joan Miró. Un día las manchas se escapan...
y se dedican a llenar de colores todo lo que tocan. Lo proponemos sobre todo pensando en esas sesiones de plástica a menudo tan "ignoradas". Con este cuento podemos trabajar colores, líneas y/o texturas con mucha mucha creatividad y libertad, y además podemos hacerlo en diferentes niveles, porque a l@s niñ@s grandes también les gustan los cuentos.
y se dedican a llenar de colores todo lo que tocan. Lo proponemos sobre todo pensando en esas sesiones de plástica a menudo tan "ignoradas". Con este cuento podemos trabajar colores, líneas y/o texturas con mucha mucha creatividad y libertad, y además podemos hacerlo en diferentes niveles, porque a l@s niñ@s grandes también les gustan los cuentos.
Hola,
ResponderEliminarPuede que Samia atrapara alguna de esas manchas de color que se le escaparon a Joan Miró. Vamos a ver si con las criaturas de Calgary emborronamos un poco más. Besos. Arantxa